lunes, 6 de enero de 2014

A SU MANERA

 
Imagen y texto: Julio Amigo Quesada
Siempre había tenido Luis un algo especial con esta canción, aun era un crío y le llamaba la atención, aun sin saber que decía Frank Sinatra. Pero esa melodía, ese "in crescendo" de la propia canción para llegar al "éxtasis" final y ese concluir suave, se parecía a la misma vida que, durante el periodo que estás en ella va "creciendo" hasta que llega lo inevitable, ese clímax ulterior que da paso al tránsito, suave, melodioso, casi sin hacer ruido... Al enfrentarse a la letra de la canción, en inglés y entender "And now, the end is near...", y saber que ahora que el fin está cerca... Se habían acabado las dudas.

Luis había aceptado, (¿seguro?) los retos que la vida le había propuesto. Si, las aceptó intentando superar aquellas que le desagradaban o que, simplemente, no compartía y se mantuvo fuerte, no entendiendo, no creyendo, no asumiendo, pero en el final, se hizo la luz, y comprendió el porqué de todas y cada una de las pruebas que esa vida le había puesto en el camino.
Quiso, pensó que el amor había tocado su puerta, pero la ilusión se rompía pronto, ese querer no era más que una huida, hacia adelante siempre, pero no dejaba de ser eso, una huida hacia ningún sitio, un aferrarse a un vagón que, irremediablemente, acababa en vía muerta, o peor, llevaba a un sitio no deseado, no buscado, no querido. Pero se entregó siempre con la grandeza de corazón que le caracterizaba, ahora lo veía claro, a pesar de todo, intentó hacer valer esa nobleza, esa grandeza de alma que tenía, y quería, por bandera. Pero se equivocó al intentar encontrar lo que no "llevaba en el bolsillo" y así su vida se trastocó en un ir y venir sin sentido, en un querer y no poder y en un irremisible adiós al final, ese final que estaba tan cerca...
Pero cual púgil experto, supo y quiso encajar todos los golpes que la vida le daba, a veces con estilo, a veces de no tan buenas formas, pero nunca con afán dañino, su corazón le impedía golpear, lanzar directos, hacer daño a conciencia, esa misma que le "decía" una y otra vez que no viviría con tranquilidad y, por supuesto, era un pensamiento que nunca pasaba por la mente de Luis, es más, le repugnaba simplemente el hecho de intuirlo o mencionarlo. Pero los golpes, los directos venían, llegaban, azotaban el cuerpo y, sobre todo, su espíritu; no le importaba y no era porque no le dolieran, alguno de esos directos le hizo tambalear su frágil corazón, fracturado por la huella del pasado...
Las notas sonaban nítidas en su cabeza, se preparaba para afrontar serenamente el desenlace, cada vez más consciente de lo que era, cual era el desenlace previsto, de que manera llegaría, aun no lo sabía, pero resonaban en su cabeza los acordes, limpios, netos que le recordaba, momento a momento que estaba por llegar, que lo tenía en el horizonte y no le asustaba, pues había iluminado con su presencia aun a aquellos que no querían, que no lo valoraban, que no le importaba, él había sido así. Había hecho todo como pensaba, como creía, como interpretaba que era lo correcto...

Y lo hizo a su manera.

Publicado en "El hogar de las emociones". Aquí en este enlace: "A su manera"

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