miércoles, 4 de junio de 2014

Recuerdos

Saludos, hoy os preparo este cuentecito y, por supuesto darle las gracias a Begoña Viña (@Vbegoa) y también las gracias a su página de Facebook El cofre de la Felicidad, por hacer que este relato salga publicado en su blog. Gracias de corazón.

 
Durante mucho tiempo "brilló", sucumbió a la dicha de estar presente en lo que pregonaba, en aquello que tenía enfrente de él, era su momento más crucial y, por que no, su momento más "previsible". Era su momento, era su gran dicha, era su estar presente siempre, estar debajo de todos (o a su lado, mejor dicho), estar ahí para simplemente, ESTAR, ser uno más de la lista. Nunca pudo estar ahí, nunca pudo saber que era estar en ese lado, que se sentía al estar presente en ese mundo que, de una forma clara, él veía como posible. Nunca.

La vida fue muy previsible para él, la vida, más que le pese, fue algo pasajero que, por desgracia, fue tirando de él, de una forma lenta pero segura; de una forma precisa para llegar, para, simplemente, estar en el lado "imprevisto", en el momento "inadecuado", no lo pudo hacer mejor. Siempre las letras se ponían de su parte, siempre esas queridas letras, esos queridos "puntos de enlace" seguían un camino diverso al suyo, de una forma rotunda, de una forma real.

Esa vida, ese estrecho margen que corría muy cerca de él, muy cerca, demasiado cerca, la mayoría de la veces...

Una vida llena de oscuras intenciones, o llena de blancas intenciones, en el fondo no lo sabía, no era lo que le importaba, era "eso", era lo que tenía en la mente, lo que tenia en las manos, lo que todo el mundo sabía.... Pero era su VIDA, era lo que debía tener siempre dentro de él y que, muchas veces, demasiadas veces, partía sin ni siquiera decir "adios". ¡Cuántas veces había luchado por ella! (Ahora mismo, por qué no!), pero siempre han andado, siempre han estado, siempre la han tenido montada y era duro, muy duro pensar que ESO es lo que había, eso era lo que tenía, eso era su vida.

Una vida marcada, por qué no, por su pasado, por el pasado que tenía y que tuvo, por ese pasado oscuro, lleno de contrariedad, lleno de insalubre realidad que, día a día, inexorablemente, lo tatuaba, lo marcaba dentro, muy dentro de él. Una vida llena, "completa" en muchas ocasiones, una vida marcada por esos puntos oscuros en algunas, muchas, no lo sabía, situaciones. "Tatuada".

Marcada con el dolor indeleble de aquello que marca, de forma, profunda, todas y cada una de sus partes, todos y cada uno de sus poros, esos por lo que, de una forma concreta, tenía que respirar, tenían que ser eso, debían ser esos, habían sido esos.

Nunca volvió a pensar en esos poros y estos, puestos ahí, llenos de dolor, tenían que, antes o después, volver a salir, debían volver a vomitar la sangre que se habían tragado, tantas y tantas veces...

Esa mente de Luis, ese "proceso" lleno de altibajos, lleno de vida por un lado y lleno de "negrura" en el lado inverso, una gran licuadora de sentimientos, grandes, pequeños, infinitos, muy cercanos, muy lejos de si mismo, un gran proceso invertido en llenar, de alguna manera, esa vida que, simplemente, era su propia vida. Marcada y tatuada por todos esos grandes/pequeños recuerdos que le hacían volver, de alguna manera, atrás y que muchas veces le obligaban a ir demasidado deprisa en su vida, demasiado rápido, con demasiada rapidez, no podía ser bueno para él.

La mente de Luis "volvió" a despertarse, volvió a ser aquel chico con ganas de ser algo, de hacer que la vida volviera a ser "algo especial" para el mismo, de, simplemente, ser EL. Quería volver a ese "tomo" de su libro donde, simplemente, era FELIZ.

2 comentarios:

  1. ¡Precioso relato y maravilloso blog Julio!, desde ahora mismo me engancho a él. Un gran abrazo.

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    1. Muchísimas gracias Alicia, es un auténtico placer que me sigas por aquí. Graciassss!!!

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